Les gusta ‘jugar’ en equipo y hacerlo en la cama, sin protección, sin conocerse, sin saber nada del resto, excepto que alguno de ellos es seropositivo. Es la ruleta rusa del SIDA. Saber que la muerte duerme en sus camas les excita. No temen el contagio; quieren infectarse. Practican el ‘barebacking’, una orgía peligrosa donde las haya, que, tras cruzar el charco, se practica en algunos pisos de las grandes ciudades de España.

Escondidos tras nicks y pseudóminos, ‘buscan compañía’ a través de foros en Internet como el ‘Spain Bareback -La España A Pelo’, publicando ‘invitaciones’ del estilo “¿Organizamos una orgía BB una de estas tardes? Sería en alguna sauna tranquila de Madrid. Entre semana, mejor. ¿Se apunta alguien?”. Los hay que incluso publican su teléfono adjuntado hora y localización. Otros dejan su dirección de e-mail. Una parada de metro o una finca particular son algunos de los puntos de encuentro.

Médicos y personal de centros de atención de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) de Madrid, Barcelona y Valencia no son ajenos a esta nueva realidad, que, aunque no es habitual, practican personas homosexuales, bisexuales y heterosexuales. Una médico de Valencia ha contado a El Confidencial que en su ciudad “se organizan fiestas con portadores de VIH donde se practica sexo sin preservativo. Se hacen verdaderas barbaridades conscientemente. La gente se arriesga adrede”.

El presidente de la Asociación Gais Positius, Quim Roqueta, ha asegurado a este medio que, aunque “es descabellado que haya personas que quieran contagiarse de VIH, es una realidad”. Quienes lo practican pertenecen a “círculos muy cerrados que buscan sensaciones fuertes. Necesitan correr riesgos. Buscan la bala perdida en el cargador. Son estilos de vida que comienzan en locales de intercambio y parece darse sobre todo en parejas heterosexuales”.

Por su parte, el titular de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida) Santiago Pérez Avilés, asegura que “se viene hablando de ello desde hace un tiempo y se está implantando en España como una práctica más de la relación sexual. No es aceptable e implica un riesgo muy grande al estar involucrada en el acto una persona infectada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana. La transmisión del VIH se puede acrecentar y el problema está en que una gran parte de quienes lo practican no percibe la infección como algo real. Ven el riesgo como algo lejano y les gusta jugar a este tipo de actos. Después, no todos se hacen el test por lo que hay infectados que no saben de su enfermedad y siguen transmitiéndola" en una rueda sin fin. En nuevas ruletas rusas. 
Fuente: elconfidencial.com
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