María Elena Navas
BBC Ciencia
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El problema es grave: uno de cada tres niños en Estados Unidos es obeso o vive con sobrepeso y con el consiguiente alto riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas.
Se pensaría que la solución -al menos la que dicta el sentido común- es poner en práctica cambios radicales en el estilo de vida, en la dieta y el ejercicio.
Sin embargo, la nueva recomendación de la influyente Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) es dar a algunos niños -desde los ocho años de edad- fármacos para reducir el colesterol y prevenir infartos, las llamadas estatinas.
Las nuevas guías, como era de esperarse, han generado una fuerte división entre quienes aplauden la idea y los que no dan crédito a semejante recomendación.
Los críticos afirman que no hay evidencia que demuestre que estos medicamentos son seguros en los niños.
Pero quienes las apoyan preguntan ¿qué se puede hacer con un niño cuyos niveles de colesterol son similares a las de una persona obesa de 65 años?
No todos
"Estas recomendaciones no son válidas para todos los niños", dijo a BBC Ciencia la doctora Debora Setton, jefa de Nutrición Pediátrica del Hospital Italiano en Argentina.
"Se consideran para casos muy puntuales y como último recurso cuando no se logra una reducción con la dieta y el ejercicio".
Millones de adultos con problemas cardiacos o alto colesterol toman estatinas en todo el mundo.
Se sabe que en adultos, la reducción de colesterol y el consumo de estos fármacos ha reducido el riesgo de enfermedades cardíacas y de muerte.
Los médicos del Comité de Nutrición de la Academia, que acaban de publicar las recomendaciones, están de acuerdo en que no existen datos sobre el uso a largo plazo de estatinas en los niños.
Afirman que, para sus nuevas guías, extrapolaron la información que se tiene sobre los adultos y piensan que en los niños podrían esperarse los mismos resultados.
Las antiguas recomendaciones señalaban que sólo los niños considerados de alto riesgo de enfermedades cardiovasculares deberían recibir estatinas a los 10 años.
La nueva guía dice que a partir de los 8 años, un niño con lipoproteína de baja densidad (LDL), o colesterol "malo" de 190 miligramos por decilitro, o aquéllos con LDL de 160 y una historia familiar de enfermedades cardiovasculares deben tomar el fármaco.
Y entre los niños que padecen diabetes, el fármaco debe tomarse si el colesterol alcanza los 130 miligramos.
Las guías también establecen que los niños con sobrepeso, obesos o con una historia familiar de enfermedades cardiovasculares deben ser sometidos a análisis de colesterol desde los dos años.
Y que a partir de los doce meses de edad, si existen temores de futuros problemas de peso, el niño debe tomar leche descremada.
Largo plazo
Tal como señala la doctora Setton, en la mayoría de los niños debería lograrse una reducción del LDL con dieta y ejercicio.
"En Argentina es muy raro recetar estatinas a niños -dice la experta- y sólo se usan cuando hay antecedentes de hipercolesterolemia o condiciones muy puntuales".
"El problema es que no se conoce el uso a largo plazo de las estatinas", agrega.
El colesterol, explica la experta, es precursor de las hormonas sexuales que son fundamentales en el desarrollo.
Y hasta ahora no se sabe si al bloquear el colesterol en un niño o adolescente se estaría modificando algún factor de su desarrollo.
"Es probable, en teoría, que los estatinas produzcan una carencia en el desarrollo así que lo mejor es esperar a que el niño termine esta etapa antes de medicarlo", dice la pediatra.
"De cualquier forma, es muy difícil acomodar las recomendaciones de un país a otro país, sobre todo cuando tienen que ver con el estilo de vida", afirma la doctora Setton.
"El problema de obesidad en Estados Unidos es enorme y por eso ellos son muy agresivos en la medicación.
"Pero en Argentina nuestros obesos no son tan obesos, por lo que nosotros no somos tan agresivos con la medicación".