No obstante, al ser una patología relacionada con la disminución de los niveles de estrógeno, también puede presentarse en mujeres jóvenes inmediatamente después del parto o durante la lactancia, ya que los niveles de esta hormona son más bajos en esos momentos, aunque los síntomas suelen ser menos graves y durante un período concreto.
La vaginitis atrófica se caracteriza por la sequedad e inflamación de la vagina asociada a un adelgazamiento del epitelio vaginal. "Su diagnóstico se basa en contrastar con la paciente los síntomas que padece y en una exploración clínica, la cual pondrá de manifiesto la reducción del espesor del epitelio vaginal que se traduce en la reducción de la elasticidad y distensibilidad vaginal. Además, aunque se trata de un trastorno asociado fundamentalmente a la menopausia, se deben realizar pruebas complementarias como el cultivo o la citología cervicovaginal que ayuden a descartar otras enfermedades genitourinarias", explica la Dra. Cancelo.
Una vez que el diagnóstico se ha llevado a cabo, se dispone de diversos tratamientos tópicos y locales que alivian los síntomas de una forma segura y eficaz, "pero en la actualidad el tratamiento más efectivo para los síntomas moderados y severos son los estrógenos. Sistémicos o locales, utilizados por cualquier vía y a cualquier dosis, restauran el pH vaginal, incrementan las secreciones vaginales y alivian las molestias relacionadas con la sequedad vaginal", afirma la citada especialista.
Asimismo, es recomendable la utilización de hidratantes vaginales, que aumentan el índice de maduración del epitelio vaginal y el flujo sanguíneo, y de lubricantes vaginales, que disminuyen la irritación vaginal durante la relación sexual de forma inmediata aunque no existe evidencia científica de beneficio terapéutico a largo plazo.
Por otra parte, el uso de la fitoterapia también está demostrando beneficios en la mejora de los síntomas relacionados con la vaginitis atrófica y la sequedad vaginal. La utilización de derivados de soja, aceite de Melaleuca alternifolia (árbol del té), Salvia officinalis, tomillo o camomila se está convirtiendo en un complemento al tratamiento convencional de este trastorno.
Las funciones fisiológicas de la vagina se limitan, además de la sexual, a permitir el paso del feto durante el parto y a la conducción de la sangre menstrual al exterior. Sin embargo, sus problemas funcionales u orgánicos repercuten de forma muy negativa en la calidad de vida percibida por la mujer. "Por este motivo", explica la Dra. Cancelo, "y debido a que este órgano experimenta cambios continuos y sufre un deterioro progresivo por el proceso natural de envejecimiento, es necesario acudir a revisiones periódicas para comprobar su salud".
Al igual que en otras patologías, la prevención es importante. "La vagina es una parte muy sensible del cuerpo de la mujer, por lo que es necesaria su higiene diaria o tener cuidado en el tipo de ropa interior que se usa", señala esta experta. En ocasiones, determinados jabones, compresas, o ropa interior sintética causan reacciones alérgicas que se pueden evitar con el uso de ropa interior de algodón o jabones neutros.
"En definitiva, el mantenimiento de una óptima salud vaginal es una parte importante del cuidado de la salud integral de la mujer y que tiene una repercusión importante en su percepción de la calidad de vida. Por ello, se debe prestar una mayor atención a la presencia de síntomas relacionados con la deprivación estrogénica y fomentar los mecanismos de protección frente a infecciones vaginales, así como el mantenimiento del estímulo estrogénico local", señala la Dra. Cancelo.
Fuente: Jano.es
Ginecogía
Fuente: Jano.es
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