Hace ahora 80 años, el bacteriólogo escocés Alexander Fleming descubrió la penicilina, una sustancia natural producida por bacterias y hongos que les permite defenderse de otros organismos.
El descubrimiento, que ocurrió por casualidad, cuando Fleming limpiaba en su laboratorio unas placas en las que había estado haciendo cultivos bacterianos de estafilococo, cambió para siempre la forma de tratar las enfermedades.
Ahora, y como publica la BBC, un equipo de científicos de la compañía de biotecnología DSM Anti-Infectives ha conseguido decodificar la secuencia completa de ADN del hongo que produce la penicilina, una secuencia de 13.500 genes que aparecerán publicados en el próximo número de Nature Biotechnology.
Este hallazgo también hará historia, ya que, según los investigadores, podría contribuir al desarrollo de nuevos antibióticos que superen los problemas de resistencia a los medicamentos que hay en la actualidad.
Desarrollar nuevos antibióticos
En 1928, siguiendo la información de la cadena británica, Fleming se percató de que en las placas de cultivo, había hongos que tenían una forma de anillo y el área que quedaba alrededor de este anillo parecía estar libre de la bacteria, por lo que el científico concluyó que habría desaparecido por alguna sustancia producida por el hongo.
Ese hongo era penicillium chrysogenum y la penicilina de hoy en día se utiliza para producir antibióticos como la amoxicilina, la ampicilina, la cefalexina o la cefadroxila, que curan a unos mil millones de personas cada año en el mundo, según la BBC.
Su uso excesivo, sin embargo, ha provocado que la resistencia a los antibióticos conocidos se convierta en un grave problema de salud mundial por lo que los expertos instan a que se desarrollen urgentemente nuevos antibióticos capaces de curar infecciones de bacterias resistentes a los medicamentos disponibles.
Fuente: adn.es
Farmacología